TERAPIA NARRATIVA


CONOCIENDO LA TERAPIA NARRATIVA
Inicios y técnicas.

El día de hoy les traigo un tema sumamente interesante y además de mucha ayuda para la práctica psicológica... La terapia narrativa. Pero antes de que profundicemos en las técnicas debemos saber ¿qué es la terapia narrativa? y ¿de dónde salió?

A partir de las últimas etapas del siglo XX comenzaron a surgir nuevas formas de pensar y hacer psicoterapia que poco a poco han cuestionado los supuestos que han regido esta práctica a lo largo de la historia. Dicho cuestionamiento dio paso al desarrollo de nuevas técnicas "modernas", entre las cuales surge la <narrativa> 

La terapia narrativa surge a principios de los 80´s gracias a Michael White y David Epston; ellos se dan cuenta de la existencia de "historias dominantes", estas historias están llenas de problemas, son restrictivas, limitan la experiencia de las personas y además las llevan a tener conclusiones negativas sobre su identidad. Los autores identifican que hay discursos dominantes y éstos impactan en las historias que las personas crean de sí mismas y deben ser "deconstruidas".

Del mismo modo aparecen las "historias alternativas", por su parte; son historias que identifican las personas y van dirigidas hacia la vida que desean tener, reducen la influencia del problema en su vida y crean nuevas posibilidades. (Castillo, Ledo y Pino; 2012)

En la terapia narrativa, se entiende como "deconstruir" al proceso de desarmar cuidadosamente aquellas creencias y prácticas de la cultura que fortalecen al problema y a su vez, la historia dominante. (Morgan, 2008)

EXTERNALIZACIÓN

En el enfoque narrativo, la externalización es esencial para poder llevar a cabo el proceso terapéutico; la externalización consiste en separar lingüísticamente el problema de la identidad del paciente. (Castillo et al.; 2012) Es decir, a través de la externalización, cierto atributo se "saca fuera" de la persona y pasa a tener una identidad propia de modo que a través del lenguaje es posible luchar contra el problema de forma separada.

Para abordar las los problemas que presenta la persona se hace uso de diversos recursos que permitan deconstruir la historia del paciente y darle un nuevo sentido. Las imágenes, fábulas, canciones, frases, cuentos y un sin fin de opciones pueden facilitar el proceso y ayudar a los consultantes a ver de distinta forma su historia y validar otras opciones.
A continuación les presento algunos casos que pueden tratarse en terapia y ejemplos de estos recursos que pueden usarse para abordarlos.

Miedo o Ansiedad:

1. Un automóvil sin alarma, corre el riesgo de robo; una alarma calibrada avisa los golpes a través de un sonido estridente, pero a veces se desajustan y entonces se activan al menor movimiento, sin que exista un verdadero riesgo, agotando la batería o impidiendo el sueño de su dueño o sus vecinos. No podemos estar sin alarma, pero tampoco podemos permitir que se active a cada instante y por cualquier cosa.

2. Imagina una gran ola. Cuando se acerca nos da miedo y por instinto nos alejamos de ella, pero al alejarnos, la ola se vuelve más fuerte y atemorizante y aparentemente sigue persiguiéndonos, así, mientras más te alejes de la ola, más grande se volverá y terminará siendo tan fuerte en proporción a cuánto te alejas; en cambio, si no sucumbes a la ola, ni a las subsecuentes, el atropello será fuerte de inicio pero si seguimos sin sucumbir, sin duda será cada vez menor. 

Muchas veces los problemas son exactamente igual; nuestros pensamientos, recuerdos o emociones son desagradables de inicio, pero si huimos de ellos, sin saber, lo único que haremos es hacerlos más grandes y darles más importancia; en cambio, si no sucumbimos de los mismos y al contrario los aceptamos tal cual, aunque al inicio nos atormenten un poco, al final se volverán cotidianos y menos importantes, permitiéndonos ser más flexibles y paradójicamente emocionalmente más estables al abandonar la lucha por la estabilidad emocional.

3. El valor no es la ausencia del miedo, es la conquista de este.

4.  El hombre valiente no es el que no siente miedo, sino aquel que conquista el miedo.

5. La ansiedad no está aquí, está en el futuro.

6. Cuando miro hacia atrás todas estas preocupaciones, me acuerdo de la historia del viejo hombre que dijo en su lecho de muerte, que había tenido un montón de problemas en su vida, la mayoría de los cuales nunca habían sucedido

7. Allí donde el agua alcanza su mayor profundidad, se mantiene más en calma.

8. La preocupación no elimina el dolor del mañana, sino que elimina la fuerza del hoy.

9. El peso de la ansiedad es mayor que el del mal que la provoca.

Divorcio.

1. Hijos del divorcio- César Leal
 

2. Te llevo en mi Universo -Fito Espinosa
 

3. Corazón en dos caminos. -Carlos Castañeda
 

4. Mutuo acuerdo
 

5. Padres separados
 

6. Sin daños a los niños
 

7. Amistad después del amor - Friendship After Love; Ella Wheeler Wilcox (1850-1919)

Después del feroz verano todas sus llamas
Se han consumido en cenizas, han expirado
En la intensidad de su propio calor,
Allí arriba la suavidad, leve, del día de San Martín,
Coronada con la calma de la paz, triste y brumosa.
El después del amor nos ha llevado, cansado
De la agonía y los tormentosos deseos,
Hasta una larga mirada de amistad: ojo fugaz
Que nos invita a seguirlo, y a cruzar
Los frescos y verdes valles que vagan sin cuidado.
¿Es un toque de nieve el que se encuentra en el aire?
¿Por qué nos acosa este sentido de pérdida?
No deseamos que retorne el dolor, el calor obsoleto;
Sin embargo, sin embargo, estos días son incompletos.

8. Volverás y me buscarás.

Volverás y me buscarás por los antiguos caminos donde solíamos andar,
Volverás y que tarde ya será que cuando regreses,
Cuando regreses yo ya no estaré aquí.
Ya tarde y cansada…

9. Sueño superado.

Aun no entiendo porque sueño contigo,
Si tu mundo ya no es mío ya todos tus besos son compartidos y ni siquiera te importa si yo vivo.
Ahora sola sonrió demuestro…
A un amor que se aleja
Dentro de mi alma hay tormenta, hay un nudo atado que me aprieta, eres tu cariño mío,
Eres tú que te vas de mi río, te alejas de mi alma.

Pérdida.

1. 

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3. 

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6. "La Muerte no es nada" - San Agustín

La muerte no es nada. Yo sólo me he ido a la habitación de al lado.
Yo soy yo, tú eres tú. Lo que éramos el uno para el otro, lo seguimos siendo.
Llámame por el nombre que me has llamado siempre, háblame como siempre lo has hecho.
No lo hagas con un tono diferente, de manera solemne o triste.
Sigue riéndote de lo que nos hacía reír juntos.
Que se pronuncie mi nombre en casa como siempre lo ha sido, sin énfasis ninguno, sin rastro de sombra.
La vida es lo que siempre ha sido.
El hilo no está cortado.
¿Por qué estaría yo fuera de tu mente, simplemente porque estoy fuera de tu vista?
Te espero... No estoy lejos, justo del otro lado del camino... Ves, todo va bien.
Volverás a encontrar mi corazón. Volverás a encontrar mi ternura acentuada.
Enjuaga tus lágrimas y no llores si me amas.

7. Poema escocés para la despedida.

Puedes llorar porque se ha ido
O puedes sonreír porque ha vivido.
Puedes cerrar los ojos y rezar para que vuelva,
O puedes abrirlos y ver todo lo que ha dejado;
Tu corazón puede estar vacío porque no lo puedes ver,
O puedes estar lleno del amor que compartiste.
Puedes llorar, cerrar tu mente, sentir el vacío y dar la espalda,
O puedes hacer lo que a él le gustaría: sonreír, abrir los ojos, amar y seguir.

Depresión o tristeza.

1. "Todos estamos rotos, pero hasta la parte más rota de una crayola sigue pintando" - Anónimo.

2. "No puedes enfocarte en lo que está saliendo mal, siempre hay una forma de dar vuelta a las cosas" - Intesamente.  

3. El burro y el pozo

Un día el viejo burro de un campesino cayó en un pozo. El animal, asustado, rebuzno fuertemente durante horas mientras el campesino trataba de averiguar qué podía hacer.
Finalmente, el campesino pensó que el animal era ya demasiado mayor para darle un servicio útil y, además, el pozo estaba seco y necesitaba ser tapado de todas formas, por lo que realmente no valía la pena sacar al burro.

Entonces reunió a unos vecinos para que le ayudaran. Todos cogieron las palas y empezaron a echar tierra para cubrir el pozo con el burro dentro.
El burro, en el fondo del hoyo empezó a darse cuenta de lo que estaba pasando, sintió un intenso miedo al percibir la cercanía de la muerte y rebuznó aún más desconsolado. Poco después, para sorpresa de todos, se tranquilizó, asumió su fin y se tumbó dejando que la tierra le cubriera lentamente.

Tras unos minutos de tranquilidad, el burro abrió ampliamente los ojos y sonrió. Se incorporó pausadamente y se sacudió la tierra que le cubría el lomo y la cabeza. A medida que iba cayendo la tierra pudo ir dando pasos hacia arriba que lo acercaban a la deseada libertad.
Pronto, todos vieron sorprendidos como el burro llegó hasta la boca del pozo, pasó por encima del borde y salió trotando con más vitalidad que cuando era joven…

Una situación aparentemente adversa puede convertirse en algo muy positivo. Nuestra forma de ver y de interpretar las cosas condiciona nuestros sentimientos y comportamientos. Podemos ser capaces de percibir cualquier situación o experiencia desde diferentes perspectivas y centrarnos en aquella que nos resulte más útil. Cualquier experiencia que en principio parece mala, la mayoría de las veces puede considerarse como ventajosa, viéndola desde otra perspectiva.

Se trata de encontrar en cada experiencia el punto de vista más útil, para convertirla en algo que nos favorezca, así podremos reencuadrar los problemas para convertirlos en oportunidades.

El significado de cualquier suceso dependerá de la perspectiva desde la que lo observemos. Cuando la perspectiva cambia, cambia también el significado, y cuando cambia el significado también cambian las emociones y las conductas asociadas a él. Por ejemplo, si descubres que has fallado en algo, puedes pensar que está muy bien que te hayas dado cuenta y que así podrás corregir la equivocación y mejorar tu actuación en una situación similar que pueda presentarse en el futuro. Es importante ver los errores como experiencias que facilitan el aprendizaje.

4. Leyenda del budista

"Para que tú puedas beber vino en una copa que se encuentra llena de Té, es necesario primero tirar el té, y entonces podrás servir y beber el vino."

Cuenta la leyenda que en un monasterio budista ubicado en una ladera casi inaccesible de las frías y escarpadas montañas de los Himalaya, un buen día uno de los monjes guardianes amaneció sin vida.
Le hicieron los rituales tibetanos propios para esas ocasiones, llenas de profundo respeto y misticismo. Sin embargo, era preciso que algún otro monje asumiera las funciones del puesto vacante del guardián. Debía encontrarse el monje adecuado para llevarlas a cabo. El Gran Maestro convocó a todos los discípulos del monasterio para determinar quién ocuparía el honroso puesto de Guardián.

El Maestro, con mucha tranquilidad y calma, colocó una magnífica mesita en el centro de la enorme sala en la que estaban reunidos y encima de ésta, colocó un exquisito jarrón de porcelana, y en él, una rosa amarilla de extraordinaria belleza y dijo: “He aquí el problema.”

“Asumirá el puesto de Honorable Guardián de nuestro monasterio el primer monje que lo resuelva.”
Los monjes se quedaron como petrificados, en el más respetuoso silencio, hundidos en sus interrogantes internas…

En momento determinado, uno de los discípulos sacó una espada, miró al Gran Maestro, y a todos sus compañeros, se dirigió al centro de la sala y ...
Zaz!! destruyó todo de un sólo golpe.

Tan pronto el discípulo retornó a su lugar, el Gran Maestro dijo:
“Alguien se ha atrevido no sólo a dar solución al problema, sino a eliminarlo. Honremos a nuestro nuevo Guardián del Monasterio".

En realidad, poco importa cuál sea el problema. Hay problemas cuyo aspecto nos confunde, pues halaga los sentidos. En el fondo sigue siendo un problema. Muchas personas cargan la vida entera el peso de cosas que fueron importantes en su pasado y que hoy solamente ocupan un espacio inútil en sus mentes, espacio que es indispensable para recrear la vida.
 Limpia tu vida, comienza por las gavetas, armarios, hasta llegar a las personas del pasado que no tienen más sentido que sigan ocupando un espacio en tu mente.

5. Señor depresión

Señor depresión se levantó esta mañana cansado como de costumbre, que raro…hoy sonrío de casualidad, pero sólo porque sabría que este día sería el mismo día de todos los días, señor depresión tiene que lavarse los dientes y hasta eso le da pena, señor depresión quiere vida nueva y se cansa de tener que sufrir día a día el desconsuelo del simple hecho de existir, de haber nacido, de haber sido traído al mundo.

Señor depresión quiere no tener más depresión porque sus días son oscuros e interminables y su corazón solo sufre taquicardias de angustia contenida porque se debe liberar de alguna forma, de alguna manera.

Señor depresión quiere ahogarse en un vaso de agua, porque lo ve más lleno que vacío.
Pobre señor depresión, han pasado 6 horas desde que se levantó y ni siquiera se ha preparado el almuerzo, quizás como de costumbre de nuevo no comerá, señor depresión no sabe qué hará en las siguientes 6 horas para acabar el día, y pensar que son 6 horas más, el señor depresión como siempre se quiere suicidar.

Señor depresión tiene miedo, sigue caminando de una esquina a otra en la casa haciendo sonar la madera del piso maltrecho… a las 8 de la noche, prender la tele o la radio, lo llenan de temor, ya no quiere escuchar las noticias, ni leer el diario, ni soplar la sopa para entibiarla en la garganta, ni masticar, ni parpadear, todo lo cansa, todo es miedo en su vida.

Señor depresión no quiere saber nada de sus amigos, Alegría desapareció hace unos meses para asistir al cambio de mando de Barack Obama, se dice que contagió a todos de su simpatía y que no piensa volver hasta después de la crisis económica, Sonrisa se fue a Viña del Mar, a eso que le llaman “Festival”, Preocupación está trabajando día a día en la bolsa de New York, con él perdió el contacto en la infancia.

Tristeza es uno de los amigos más patudos de depresión, llega sin que nadie lo llame, pero al menos es quien seguidamente viene a visitarlo.

Lágrimas, esos mellizos que generalmente aparecen con tristeza, alegría o dolor, señor depresión los aborrece, porque son indecisos y siempre andan húmedos, al parecer les gusta la playa, y cuando vienen a casa de señor depresión dejan huellas de agua empapadas en la alfombra.

Señor depresión quiere volver a la cama, su día como de costumbre ha sido un desastre, no hacer nada también lo deprime más, y hacer algo le deja mal sabor de boca, Señor depresión tiene pijamas rotas, calcetas rotas, calzoncillos rotos, tazas rotas, botellas vacías, café cortado, pan duro, cebollas podridas, cecinas malolientes, y algunas galletas rancias.

Ratones por doquier en casa de señor depresión pasean como pedro por su casa, cucarachas ya viven en los dormitorios contiguos que alguna vez fueron habitados por la familia del señor depresión, algunos gusanos bajo la alacena, y está más que claro que señor depresión jubiló la escoba para siempre.

Señor depresión vuelve a la cama, solo para mirar el techo, como de costumbre será otra larga noche, larga noche, larga noche, larga noche…; A revolver frazadas sucias, y a formar bollos de sabanas húmedas, sucias y roídas, de tanto y tanto moverse. A pensar y pensar en nada, y a esperar que venga de nuevo la maldita mañana, a comenzar otro día, a retomar la rutina, señor depresión ya no quiere vivir, pero no le queda otra, debe torturarse día a día porque para eso fue creado, pobre señor depresión hasta el mismo se tiene lástima, pero sabe que algún día morirá para descansar por fin de la vida que llevaba, de esa vida triste que el señor depresión ya no quiere vivir, pero cuya condena precisamente es revivir, revivir y revivir, pobre creación, pobre existencia de un hombre que es un alma en pena que debe resistir ¿algún día cambiara señor depresión?.

Sobreprotección

1. Diego y Juan. Dos amigos diferentes.

Juan y Diego son dos amigos inseparables, pero muy diferentes entre sí. Juan es aventurero, extrovertido, independiente al que no le da miedo nada.

Diego por el contrario es un niño muy tímido, que pocas veces hace algo por sí solo y al que, por cualquier tontería se asusta.

Nadie en el barrio se explica porque dos niños tan diferentes se pueden llevar tan bien, lo que no saben es que cada vez que Juan y Diego juegan juntos sin que los padres estén cerca, Diego es totalmente diferente a como se muestra delante de sus padres.

Aunque, como ya he dicho antes, Diego sea un niño miedoso, rara es la vez que no se haya dejado llevar por las locuras de Juan y hayan vivido más de una aventura, no siempre con final feliz y con la consecuente regañina para ambos.

Al igual que sus hijos, los padres de Juan y Diego son totalmente diferentes. Lorena y Juan, es una pareja extrovertida que, al igual que su hijo Juan, les encanta vivir nuevas experiencias y animan a su pequeño a que viva las suyas propias. Ellos conocen a los padres de Diego desde que eran unos niños, siempre han ido en la misma pandilla de amigos, pero en el caso de Maite y Diego, su forma de vivir la paternidad es muy distinta.

Ambos siempre están preocupados de lo que pueda hacer su pequeño, sólo le dejan salir con su amigo Juan y muchas de las veces a regañadientes por temor a que se pueda caer o se metan en algún lio.
Diego, el padre, aun es un poco más abierto que su mujer y más de una vez le ha recriminado a Maite que hable por el niño, incluso cuando va al médico y este le pregunta que le ocurre.

Y es que, no es raro escuchar a alguno de sus amigos cada vez que quedan para que sus hijos jueguen, decirles a los padres de Diego “Déjale vivir, solo es un niño. Si se cae, verás cómo se levanta el solo”

Pero a Maite le da igual, no puede soportar ver que su niño se caiga cuando van a jugar al parque o verle llorar porque no sabe hacer parte de los deberes. Enseguida se sienta a su lado y antes de haber entendido Diego el ejercicio, su madre ya lo ha hecho por su cuenta, algo que a su maestra le saca de sus casillas porque en el colegio no logra que el niño resuelva sus problemas por sí mismo.

Por eso, cuando Lorena y Juan les insisten en que dejen a su hijo Diego pasar unos días con su amigo en casa de los abuelos, Maite y su marido se echan las manos a la cabeza.

- ¿Cómo? ¿El solo? ¿Sin nosotros? – pregunta Maite escandalizada.

– Claro que sí, les vendrá bien a los niños estar unos días juntos. Sin deberes y sin obligaciones, solo jugando y disfrutando de los mimos de los abuelos. – les responde Juan con una sonrisa.

El pequeño Juan sin miedo, como le llaman cariñosamente, les insiste a los padres de Diego dando vueltas alrededor de ellos. “Por fa, por fa…”, hasta que al final los padres de su amigo ceden y les permiten pasar unos días juntos, no sin hacerle un montón de advertencias al pequeño Diego, que por un momento duda de si es buena idea quedarse con su amigo tras todas las advertencias que le hacen sus padres.

-Marchaos tranquilos, estará bien – les intenta tranquilizar Lorena.

-Está con nosotros, no se va a una guerra – bromea el padre de Juan.

Los padres de Diego se van, preocupados por lo que pueda pasarle a su pequeño y el paso de los días, para ellos, se convierte en años.

Cuando llega el momento de ir a recoger a su hijo, notan que el pequeño Diego ha cambiado. Ya no es el niño miedoso que se resistía a dejarles por pasar unos días con su amigo, ahora sigue sin dudar los pasos de Juan y aunque lleva algún que otro rasguño ya no le importa como antes.

Al ver a sus padres, corre a sus brazos para contarles, emocionado todas las aventuras que ha vivido con su amigo y todo lo que se han divertido con los abuelos.  Viéndole tan contento, Maite les pregunta a sus amigos cual es el motivo de ese cambio tan bueno que ha experimentado su hijo, y la respuesta no puede ser más clara.

-Solo había que darle un poco de libertad y confiar más en él. Si le dejas crecer, no dejará de sorprenderte – le responde Lorena.

2. La princesa Floripína

En el país de Floripitín tenían una princesa bellísima de la que todos estaban orgullosos. Cientos de retratos con su bello rostro adornaban las calles. Si hacía buen tiempo decían:
- La luz de la princesa ilumina el día.

Y si llovía:
- Ni siquiera la luz de la princesa nos ha librado de este tiempo.

Una vez al año cada uno de los 365 habitantes de Floripitín se ponía al servicio de la princesa durante todo un día, para evitarle cualquier incomodidad o trabajo. Y en agradecimiento por sus cuidados, la princesa pasaba el tiempo asomada a la ventana de la más alta torre del palacio, para que sus fieles súbditos pudieran contemplarla desde cualquier lugar de la ciudad.

En el reino vecino había crecido Eric, el príncipe que parecía destinado a casarse con ella. Pero cuando este viajó al reino de Floripitín, descubrió con pesar que la princesa era muy aburrida. Por supuesto, era bella, educada y amable, pero parecía incapaz de hacer nada sin la ayuda de sus siervos. Tanto, que a los dos días de conocerla el príncipe estaba convencido de que no era más que una pobre inútil que solo servía para asomarse a la ventana. Y, tal y como había venido, el príncipe se marchó sin querer saber nada más de la princesa.

Menudo disgusto para los habitantes de Floripitín, que tanto querían a su princesa. Los 365 se reunieron en la plaza, y acordaron invitar a otros príncipes a conocer a su princesa. Pero cuantos viajaron a Floripitín regresaron a sus países con la misma idea: aquella princesa era una inútil.

Y cuando volvieron a reunirse en la plaza temiendo por el daño que aquellos comentarios pudieran causar en su amada princesa, sucedió algo extraordinario.

Por primera vez en la historia, alguien se atrevió a decir algo en contra de la princesa.

- Esa chica es una inútil. No hay más que ver que no sabe hacer nada por sí misma.

Quien así habló era una anciana vestida con ropas rotas y destartaladas. Estaba tan vieja y arrugada que hasta costaba distinguirle la cara. Los demás habitantes se volvieron furiosos contra ella, defendiendo a su princesa y burlándose del aspecto de la vieja. Pero ella siguió hablando.

- Lo que hay que hacer es dejar de servirle a diario. Así por lo menos aprendería a hacer algo. Es más, creo que debería ser ella quien nos sirviera a nosotros. Le estaríamos haciendo un favor.

Aquello fue demasiado para el bueno del alcalde, que adoraba a su princesa.

- ¿Y qué sabrás tú, vieja? ¿Cómo te atreves a dar lecciones a nadie? ¿Acaso has visto qué aspecto tienes? Nuestra princesa es mucho mejor que tú.

- No. No lo es. Pero gracias - dijo la vieja, cambiando su voz a un tono joven, dulce y triste, al tiempo que se estiraba y apartaba sus ropas de la cabeza, para dejar ver el delicado rostro de la princesa.
Ante el asombro de todos, la princesa prosiguió:
- No creáis que tenía ese aspecto a propósito. Realmente no supe vestirme mejor. Es así de triste, pero no sé hacer nada-. La princesa calló un momento, y una lagrimita aprovechó para escapar de sus ojos.
- Aprecio todo lo que hacéis por mí, y lo mucho que me queréis, pero ha llegado el momento de devolveros todo ese cariño, y de paso aprender algunas cosas. A partir de mañana seré yo quien por turno sirva a cada uno de vosotros en su casa.

Y desde ese día, la princesa se puso al servicio de sus propios súbditos. Sus primeros días fueron bastante desastrosos, pero pudo seguir adelante con el cariño y la paciencia de todos. Y en poco más de un año se convirtió en una joven extraordinariamente habilidosa y servicial, de la que los habitantes de Floripitín se sentían aún más orgullosos que antes.

3. El Cangurito.

Cangurito se asomó al exterior desde el bolsillo de su Mamá Cangura.
– ¡Qué grande es el mundo! Exclamó con admiración. ¿Cuándo me dejarás salir a recorrerlo?
– Yo te enseñaré sin necesidad de que salgas de mi bolso – Dijo Mamá Canguro pasándole la lengua por el fino pelaje.- No quiero que te juntes con malas compañías ni que te expongas a los peligros del bosque. Yo soy una Canguro responsable y decente.
Cangurito lanzó un suspiro y permaneció en su escondrijo sin protestar.
Ocurrió que cangurito como todos los canguros, empezó a crecer y a desarrollarse, y lo hizo de tal manera que el bolsillo de Mamá Canguro comenzó a descoserse por las costuras.
– ¡Te prohíbo seguir creciendo!- dijo con energía Mamá canguro-. Y cangurito, que era una criatura más obediente del mundo, dejó de crecer en aquel instante.
Dentro del bolsillo de Mamá Canguro, comenzó a hacer preguntas y preguntas acerca de todas las cosas que veía. Era un animalito inteligente y demostraba una clara vocación científica pero Mamá Canguro le molestaba no encontrar a mano las respuestas necesarias para satisfacer la curiosidad de su pequeño.
– ¡Te prohíbo que vuelvas a hacerme más preguntas!- Y cangurito que cumplía a la perfección el cuarto mandamiento, dejó de preguntar y se le puso la cara de cretino.
Un buen día las cosas estuvieron a punto de volver a sus cauces normales. Ocurrió que cangurito, asomado como siempre desde el bolsillo de su Mamá vio cruzar ante sus ojos una cangurita de su misma edad. Era el ejemplar más hermoso de su especie.
– ¡Mamá! exclamó con voz emocionado – quiero casarme con la Cangurita.
Mamá Canguro derramó una lágrima;
-¿Quieres abandonarme por una Canguro cualquiera? ¡Este es el pago que das a mis desvelos!
Y con más energía que nunca Mamá Canguro dio una orden:
– ¡Te prohíbo que te cases!
Y cangurito no se casó.
Cuando Mamá Canguro murió, vinieron a sacar a cangurito del bolsillo delantero de la difunta. Era un animal extrañísimo, su cuerpo era pequeño como el de un recién nacido, pero su cara comenzaba a arrugarse como la de un animal viejo.
Apenas toco la tierra con sus patas, su cuerpo se bañó de un sudor frío.
– ¡Tengo miedo a la tierra! – dijo: – Parece que baila a mí alrededor.
Y pidió que le metiesen en el tronco de un árbol.
Cangurito pasó el resto de sus días asomando el hocico por el hueco del tronco. De cuándo en cuándo se le oía repetir en voz baja:
– Verdaderamente ¡qué grande es el mundo!

4. No basta- Franco de Vita

No basta traerlos al mundo
Porque es obligatorio
Porque son la base del matrimonio
O porque te equivocaste en la cuenta
No basta con llevarlos
A la escuela a que aprendan
Porque la vida cada vez es más dura
Ser lo que tu padre no pudo ser
No basta que de afecto
Tú le has dado bien poco
Todo por culpa del maldito trabajo
Y del tiempo
No basta porque cuando quiso
Hablar de un problema
Tú le dijiste niño será mañana
Es muy tarde, estoy cansado"
No basta comprarle todo
Lo que quiso comprarse
El auto nuevo antes de graduarse
Que viviera lo que tú no has vivido
No basta con creer ser
Un padre excelente
Porque eso te dice la gente
A tus hijos nunca les falta nada
No basta porque cuando quiso
Hablarte de sexo
Se te subieron los colores al rostro
Y te fuiste
No basta porque de haber
Tenido un problema
Lo había resuelto comprando en la esquina
Lo que había, lo que había
No basta con comprarle curiosos objetos
No basta cuando lo que necesita es afecto
Aprender a dar valor a las cosas
Porque tú no le serás eterno
No basta castigarlo por haber llegado tarde
Si no has caído ya tu chico es un hombre
Habla más alto y más fuerte que tú
Que tú.

5.  El cuento de la mariposa.

“Mi mamá era hija de una pareja de campesinos de Entre Ríos.
Nació y creció en el campo entre animales, pájaros y flores. Ella nos contó que una mañana, mientras paseaba por el bosque recogiendo ramas caídas para encender el fuego del horno vio un capullo de gusano colgando de un tallo quebrado.

Pensó que sería más seguro para la pobre larva llevarla a la casa y adoptarla a su cuidado. Al llegar, la puso bajo una lámpara para que diera calor y la arrimó a una ventana para que el aire no le faltara.

Durante las siguientes horas mi madre permaneció al lado de su protegida esperando el gran momento. Después de una larga espera, que no terminó hasta la mañana siguiente, la jovencita vio cómo el capullo se rasgaba y una patita pequeña y velluda asomaba desde dentro.

Todo era mágico y mi mamá nos contaba que tenía la sensación de estar presenciando un milagro.
Pero, de repente, el milagro pareció volverse tragedia.

La pequeña mariposa parecía no tener fuerza suficiente para romper el tejido de su cápsula. Por más que hacia fuerza no conseguía salir por la pequeña perforación de su casita efímera.

Mi madre no podía quedarse sin hacer nada. Corrió hasta el cuarto de las herramientas y regresó con un par de pinzas delicadas y una tijera larga, fina y afilada que mi abuela usaba en el bordado.

Con mucho cuidado de no tocar al insecto, fue cortando una ventana en el capullo para permitir que la mariposa saliera de su encierro. Después de unos minutos de angustia, la pobre mariposa consiguió dejar atrás su cárcel y caminó a los tumbos hacia la luz de la ventana.

Cuenta mi madre que, llena de emoción, abrió la ventana para despedir a la recién llegada, en su vuelo inaugural.

Sin embargo, la mariposa no salió volando, ni siquiera cuando la punta de las pinzas la rozó suavemente.

Pensó que estaba asustada por su presencia y la dejó junto a la ventana abierta, segura de que no la encontraría al regresar.

Después de jugar toda la tarde, mi madre volvió a su cuarto y encontró junto a la ventana a su mariposa inmóvil, las alitas pegadas al cuerpo, las patitas tiesas hacia el techo.

Mi mamá siempre nos contaba con qué angustia fue a llevar el insecto a su padre, a contarle todo lo sucedido y a preguntarle qué más debía haber hecho para ayudarla mejor.

Mi abuelo, que parece que era uno de esos sabios casi analfabetos que andan por el mundo, le acarició la cabeza y le dijo que no había nada más que debiera haber hecho, que en realidad la buena ayuda hubiera sido hacer menos y no más.

Las mariposas necesitan de ese terrible esfuerzo que les significa romper su prisión para poder vivir, porque durante esos instantes, explicó mi abuelo, el corazón late con muchísima fuerza y la presión que se genera en su primitivo árbol circulatorio inyecta la sangre en las alas, que así se expanden y la capacitan para volar. La mariposa que fue ayudada a salir de su caparazón nunca pudo expandir sus alas, porque mi mamá no la había dejado luchar por su vida.

Mi mamá siempre nos decía que muchas veces le hubiese gustado aliviarnos el camino, pero recordaba a su mariposa y prefería dejarnos inyectar nuestras alas con la fuerza de nuestro propio corazón.”


          Los recursos presentados anteriormente son ejemplos de narrativas que pueden utilizarse en la terapia para modificar las historias dominantes de los pacientes; a través de éstas; es posible externalizar el problema y hacerlo más notable para la persona, y a su vez, facilita la resolución del mismo.

      Finalmente podemos ver que la narrativa es una alternativa muy eficaz para los procesos terapéuticos, que; aunque es sencilla, requiere de mucha práctica y gran habilidad para detectar aquellos elementos que deben ser externalizados y deconstruidos; los recursos anteriores son solo ejemplos; sin embargo, en la práctica se puede hacer uso de cualquier cosa que se te pueda imaginar con tal de ayudar al paciente a generar cambios en su historia.



REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS:

- Beyebach, M. y Rodríguez, A. (1994). Prácticas de externalización: enseñanza de habilidades para externalizar problemas. En Actas del XV Jornadas Nacionales de Terapia Familiar. Vitoria, Octubre de 1994. Recuperado de: https://www.researchgate.net/publication/242587640_PRACTICAS_DE_EXTERNALIZACION_LA_ENSENANZA_DE_HABILIDADES_PARA_EXTERNALIZAR_PROBLEMAS

- Castillo, I.; Ledo, H. y del Pino, Y. (2012). Técnicas narrativas: un enfoque psicoterapéutico. Norte de Salud Mental, ISSN-e 1578-4940, Vol. 10, Nº. 42, 2012, págs. 59-66. Recuperado de: https://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=3910979

- Tarragona, M. (2006). Las terapias posmodernas: una breve introducción a la terapia colaborativa, la terapia narrativa y la terapia centrada en soluciones.Psicología Conductual, Vol. 14, Nº 3, 2006, pp. 511-532. Recuperado de: https://s3.amazonaws.com/academia.edu.documents/34701006/10_TARRAGONA.pdfSAccessKeyId=AKIAIWOWYYGZ2Y53UL3A&Expires=1541181732&Signature=m5wjXYgmXUbcjVVgWpTDpcopOoY%3D&response-content-disposition=inline%3B%20filename%3DLAS_TERAPIAS_POSMODERNAS_UNA_BREVE_INTRO.pdf

  



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